Extracto de
"La Temporada"
de Jorge Augé Bacqué

Capitulo 3, Año 1949

OSCAR GALVEZ BAJO LA LLUVIA Y FANGIO JUNTO AL MAR

Extracto correspondiente a la sección del segundo Grand Prix Ciudad de Buenos Aires.

Si la primer carrera en Palermo se realizó bajo el amparo de un día excepcional, la segunda prueba se debería desarrollar en un día lluvioso y con poca visibilidad. Las difíciles condiciones climáticas con que se presentó el día de la carrera serían claves para la consagración de Oscar Gálvez quien, poniendo todos sus conocimientos, su habilidad y su instinto al volante se impuso a todos los competidores en una demostración que asombró a los miles de espectadores que seguían asombrados su camino a la victoria. En el primer paso de la carrera Alberto Ascari se decide a comandar el lote de competidores. La lluvia de agua provocada por los autos en su marcha hacía casi imposible la visión hacia delante y los propios cronometristas se las veían en figurillas para individualizar los autos a su paso. El puntero Ascari era el único que podía ver algo mejor que los demás el camino a seguir. La corte de perseguidores de Ascari se formaba con Villoresi, Fangio, Gálvez, Farina, el principe Bira y Benedicto Campos. En la quinta vuelta por el control, Fangio intentó pasar a Villoresi pero en la maniobra entra en trompo y se retrasa hasta quedar en el cuarto lugar. El propio Villoresi se ve obligado a parar en los abastecimientos para reparar un problema en su motor. Luego de una reparación rápida vuelve a la pista en el quinto puesto. Al cumplir las diez vueltas, Ascari se mantiene adelante seguido por Farina, Oscar Gálvez y Juan Manuel Fangio, quien comienza a recuperar terreno. La lucha es feroz, casi despiadada entre Ascari, Farina y Gálvez. Fangio, pese al ímpetu que pone en su tarea, aún se mantiene lejos del puntero. Cuando desde boxes marcan la vuelta trece, Farina pasa a la delantera con Ascari y Gálvez a la cola y muy cerca unos de otros, tan cerca que el público apenas puede alentar al argentino pues es tan grande el riesgo de estar corriendo bajo la lluvia que nadie quiere tentar a la suerte. Una vuelta más y Alberto Ascari retoma la punta seguido de Gálvez y ya sin Farina que debió abandonar con el motor resentido. Fangio se ubica cuarto pero lejos de la punta. Ascari siente el asedio de Oscar Gálvez e intenta despegarse de esa sombra incomoda que lo persigue. Pero Gálvez mantiene al Alfa Romeo pegado a la cola de la Maserati corriendo sin ver practicamente nada debido al spray levantado por las ruedas del auto puntero. El italiano no puede soportar el trabajo de desgaste de Gálvez y abandona con su auto con el escape colgando y el motor en llamas. Es en ese preciso momento que la emoción contenida de los espectadores se libera en una explosión de alegría que se convierte en justo premio a la estoica espera bajo la lluvia. Oscar Alfredo Gálvez y el Alfa Romeo viajan ahora en la punta, cómodos ambos, sin exigencias ni escoltas que preocupen al hombre o a la máquina. Otro argentino, Juan Manuel Fangio, se ubica segundo en la pista pero a dos vueltas del líder. La victoria final de Oscar Gálvez es elogiada por los argentinos y por los extranjeros. Por un lado se difunde la imagen heroica del hombre luchando contra sus rivales y contra las inclemencias del tiempo y por otro se habla del primer triunfo de un piloto argentino sobre los grandes ases del mundo. Quizás un prólogo a una historia de triunfos pero que no tendría, como paradoja, el mismo protagonista. 

Por gentileza de Jorge Augé Bacqué y Automóvil Sport.