1948 Sudamérica - Gran Premio América del Sur - Capitulo 18 <Historial año 1948>
 
 
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 Carrera
Del 20 de Octubre al
8 de Noviembre 1948
Categoría: Turismo Carretera
 
 
 Fangio
Automóvil: Coupe Chevrolet
Posición:  Abandono
 
 
 Indice

Gran Premio América del Sur

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Capitulo 01 - La epopeya sudamericana.
Capitulo 02 - Los inscriptos
Capitulo 03 - 1º Etapa Buenos Aires - Salta
Capitulo 04 - 2º Etapa Salta - La Quiaca
Capitulo 05 - 3º Etapa Villazón - Potosí
Capitulo 06 - 4º Etapa Potosí - La Paz
Capitulo 07 - 5º Etapa La Paz - Arequipa
Capitulo 08 - 6º Etapa Arequipa - Lima
Capitulo 09 - 7º Etapa Lima - Tumbes
Capitulo 10 - 8º Etapa Guayaquil - Quito
Capitulo 11 - 9º Etapa Quito - Pasto
Capitulo 12 - 10º Etapa Pasto - Calí
Capitulo 13 - 11º Etapa Calí - Bogotá
Capitulo 14 - 12º Etapa Bogotá - Cúcuta
Capitulo 15 - 13º Etapa Cúcuta - Valera
Capitulo 16 - 14º Etapa Valera - Caracas
Capitulo 17 - Clasificaciones detalladas B. Aires-Caracas
Capitulo 18 - Epilogo.

UTaC Team.

 
 
 
 Datos del circuito
 Circuito: Rutas Sudamericanas
 Etapas: 14
 Vueltas: N/A
 Km 9579,4
 
 
Vicente J. Sillitti

Algunas palabras personales sobre ésta competencia...
 
El mapa del regreso del Gran Premio América del Sur
Si bien estuvimos a punto de realizar la revisión muchas veces, y al final no nos animamos a comenzar por lo largo y arduo que sería, finalmente, el momento de hacerlo llegó y al fin lo pudimos concretar.

Teníamos muchos motivos para detallar esta carrera. Aunque Fangio no halla llegado al final –y esta pagina sea por sobre todo, un homenaje a él-, fue seguramente una de las competencias mas importantes a nivel mundial del siglo pasado, donde se pusieron a prueba no solo las capacidades conductivas y mecánicas de los participantes, sino que mas importante aun, se probó la capacidad de los pueblos sudamericanos en trabajar juntos en pos de un objetivo común… y lograrlo. 

El Gran Premio América del Sur tuvo un regreso independiente desde Lima hasta Buenos Aires Fue una competencia a modo de repechaje. Donde entre muchas cosas que pasaron, perdió la vida el piloto uruguayo Suppici Sedes. Fangio no participó del regreso, por lo tanto quedará pendiente para algún otro futuro trabajo.

En lo personal, yo no había nacido en esos años. Si bien puedo reconocer su importancia, no tuve el placer de vivir en directo esas sensaciones que seguramente producía a los aficionados, durante todos esos días, estar frente a la radio o al borde de la ruta. Puedo recordar a nuestro amigo Lole contando como de pequeño, estaba frente a la radio intentando registrar el paso de los competidores, para observar en su imaginación todo lo que la radio no le podía mostrar.
Seguramente, fueron sensaciones invalorables e irrepetibles.

Para mi, escribir sobre esta carrera, fue un homenaje para todos esos hombres que salieron de Buenos Aires intentando recorrer los 9600 km –sobre un automóvil o a travéz de la radio- como mi amigo Gerardo Sabaris que ya no está y fue incondicional admirador de Oscar Gálvez.

Vicente J. Sillitti
UTaC Team.

 
 
 
Jorge Ferreccio

Un pasito a 1948

El amplio espectro de edades entre los colaboradores de la página permite que aflore una amplia gama de conceptos y vivencias relacionados con la Buenos Aires-Caracas.
Hoy a casi 59 años de la competencia, los adelantos en la comunicaciones vía satelital, ya sea radial, televisiva o por intermedio de la web, nos permite prácticamente estar viendo las carreras desde adentro de los autos y viviéndolas codo a codo con el piloto.

Como a cambiado sustancialmente todo!. Muy atrás quedaron aquellas enormes radios a válvulas, que nos traían la voz entrecortada –a veces- o con  reverberancias –otras- o deformadas hasta escucharse solo una voz gangosa ininteligible que aumentaba y disminuía el volumen, ya sea que se trasmitiera desde un avión de aquella época, o a través de puestos montañosos, con interferencias mayores o menores y a veces con silencios, que quizá llegaran a ocupar casi toda la transmisión, que se iniciaba alrededor de  las 6 ó 7 de la mañana y finalizaba aproximadamente a eso de las 14 ó 15 horas. Manuel Sojit, “Corner”, era el responsable de enviarnos las secuencias principales de cada etapa. Y desde su  puesto en la emisora de Buenos Aires, su hermano Luis Elías, “El Mudo”, era quien dirigía la audición Coche a la Vista. Y por supuesto el encargado de llenar los espacios vacíos en la transmisión, ya sea con cuentos, anécdota, entrevistas o simplemente con publicidad, que verborrágicamente nos caían a raudales desde nuestras radios.

Cuando la información era nula ó muy escasa había que esperar las 16.30 ó 17 para ir corriendo a comprar la 5ta.edición de Crítica ó Noticias Gráficas, con los primeros arribos y a las 21, la 6ta.edición, con una mayor cantidad de autos clasificados. Por la noche, a las 24 estaba “La Noche de Gala del Gran Premio”, por la audición ya mencionada, con la palabra de algunos pilotos y los consabidos saludos a sus familiares o urgentes necesidades de repuestos. 

Los más fanáticos y enviciados con esto del automovilismo no nos conformábamos solo con la radio. No contábamos entonces con el Google Eart y  seguíamos la competencia con unos mapas a color de las provincias argentinas que había editado el diario Crítica, allá  por 1941, y otros con los países sudamericanos conseguidos en la librería del barrio.
Y en algunos casos la cosa iba un poco más allá. Para que fuera más completo nuestro panorama, algunos utilizábamos algunos pequeños botones de colores para identificar los 5 ó 7 autos que más nos interesaban y los íbamos corriendo de localidad en localidad, a medida que la radio nos suministraba la información. Todavía no se habían inventado los push pins -pinches con cabezas de colores- para señalar sobre los mapas.

Sin olvidar los lápices y blocks de papeles para llevar las horas de paso y los tiempos netos, no fuera que la emisión se cortara y no tuviéramos completos todos los datos. 
Claro que todo éste apasionante material informativo duraba hasta que se escuchaba la voz de mi madre: “sacá todo eso de allí, que tengo que poner la mesa”. Lógico, que sabía ella de Fangio, Oscar, Juan, Marimón, Victor García ó Guido Maineri. Quienes serían esos nombres desconocidos de Marcilla, Varoli ó Supicci Sedes???. Lo que te perdiste, vieja!!!

Cuando me encargaron algo sobre “la Caracas” no sabía como encararlo y así como así, buceando en el fichero cerebral, comenzaron a aparecer éstas imborrables imágenes y el enorme salto de 2007 a 1948, fue solamente un pequeño pasito.

Jorge Ferreccio
UTaC Team.

 
 
 
Julio Martín Méndez Peralta Ramos

Mis recuerdos sobre la Buenos Aires - Caracas

Tenía 9 años cuando se corrió la Buenos Aires – Caracas. No hacía mucho tiempo que mi pasión por el automovilismo, fomentada por mi abuelo materno y un tío, hermano de mi madre, con quienes vivía junto con mi familia, había prendido con tanta intensidad que porque mi padre tenía un Chevrolet dos puertas, modelo 37 mis ídolos desde un principio fueron Fangio y Eusebio Marcilla porque corrían con esa marca. 

Mi actividad era como la de todos los chicos de mi edad, ir al colegio y jugar con mis amigos a la pelota o con los autitos en la plaza que aun está en la avenida del Libertador, entonces avenida Alvear, frente al edificio del Automóvil Club Argentino.

Cuando comenzó el Gran Premio al volver del colegio a mediodía, almorzaba, hacía los deberes y ni bien podía a la hora de la siesta me iba al cuarto de la empleada que tenía mi abuelo, una mujer mayor, italiana, solterona, cuyo placer era sintonizar Radio Belgrano, escuchar a Nicola Paone o Feliciano Brunelli que estaban de moda, y las carreras de autos porque también le gustaban como buena italiana.  Me acurrucaba al lado de la radio y juntos escuchábamos “Coche a la Vista”, la audición que transmitía la carrera con las voces de los hermanos Sojit, J.J. y Eduardo Emilio D’Agostino y los comentarios de don Pedro Fiore hasta el cierre de la transmisión. A la noche, al volver mi padre del trabajo, tenía la costumbre de traer “La Razón”, la que devoraba para saber las últimas noticias de cada etapa. 

Recuerdo muy bien el impacto que me produjeron las muertes de Elguea y su acompañante Román al desbarrancarse, y sobre todo la tristeza por el accidente de Fangio y el fallecimiento de Daniel Urrutia. En mi mente infantil no entendía cuando leía o decían “se mataron” o “se mató”, porque pensaba que nadie a propósito se quiere morir.

Debo confesar que cuando me enteré de las desventuras sufridas por los Gálvez en la última etapa y el triunfo de Domingo Marimón con el segundo puesto de Marcilla, la alegría fue inmensa porque también en mi colegio se habían formado dos bandos: los de Fangio y Chevrolet y los de los Gálvez y Ford. Sufrimos mucho cuando se produjo el accidente de Fangio, ya que los hinchas de los Gálvez se habían divertido a costa nuestra llegando a producirse discusiones muy violentas por las circunstancias del abandono, discusiones que siguieron por las derivaciones insólitas que tuvo el final de la carrera.

La repercusión que tuvo “la Caracas” inmediatamente la vivimos los chicos porque un fabricante de juguetes sacó a la venta unos autitos de plástico que copiaban a las cupés de Turismo de Carretera con los guardabarros recortados, los que se vendían con una planchuela con números para ponerlos en las puertas y el baúl, a los que preparábamos rellenándolos con masilla para que no volcaran, se alargaban los agujeros por donde pasaban los ejes y con un elástico grueso sujeto con tachuelas en la trompa y en la cola se conseguía que tuvieran suspensión. Les pegábamos los números y algunos escribíamos las propagandas con tinta china para que quedaran lo más parecidos al que queríamos copiar.

“La Caracas” significó incentivar mi imaginación como si alguien, en este caso la radio, me fuera contando etapa por etapa un cuento fabuloso, sirvió para cultivar la amistad con mis amigos y soñar que con mis autitos yo también era un corredor. 

Julio Martín Méndez Peralta Ramos
UTaC Team.

 
 
 
Jorge Salgado Uribe

GP América del Sur, Impacto

En la medida que las detalladísimas crónicas de Vicente se acercan a las últimas etapas de la "Caracas", siento la necesidad de escribirles algunos comentarios, no con el ánimo de ser publicados, sino de interés general, sobre una prueba cuya planeación,organización y ejecución fué más allá de unos resultados deportivos, al menos en la zona norte de esta parte del continente americano, que es mi territorio.

Para empezar, teniendo apenas 7 años, esta fué la primera carrera de autos que presencié, a borde de carretera y a 60 kilómetros antes de que llegaran los corredores a Bogotá; la emoción y el impacto fué enorme y de ahí quedé contagiado de ese virus del motor y la velocidad, cuyo antídoto no he logrado encontrar; de ahí mi particular interés en ésta prueba. Esto en cuanto a lo personal.

Sobre lo general y trascendental, y para no extenderme mucho, lo puedo condensar en los siguientes puntos:

- El ACA estimuló desde 1940 la formación de clubes y entidades automovilísticas en Ecuador, Colombia y Venezuela

- El paso de esta prueba por estos países, dejó una huella indeleble en unas naciones, que poco y nada conocían de este deporte, salvo aquello que publicaban periódicos y revistas

- Salvo el fútbol, nunca antes sus habitantes habían recibido un despliegue informativo por los medios de comunicación de ese entonces, lo que redundó en el despertar el interés por ese "nuevo" deporte del automovilismo.

- La asistencia en "vivo y en directo" permitió a los aficionados, "calcar" las técnicas mecánicas de los Turismo de Carretera, convirtiéndose ésta en la categoría nacional de estos países.

- En menos de un año, los clubes y asociaciones ya habían organizado algunas pruebas nacionales, muestra de que el automovilismo deportivo había  germinado en cada país.

- En enero de1950 y en un esfuerzo conjunto entre Colombia, Venezuela y Ecuador, se dió la largada en la ciudad de Quito de la  denominada Carrera Grancolombiana, con recorrido Quito-Bogotá-Caracas, donde ya se enfrentaron los pilotos-héroes de cada nación

- De aquí en adelante, cada uno de estos paises empezó a escribir su propia versión en la historia del automovilismo. 

Estas y muchas más, fueron las secuelas que nos dejó la Buenos Aires-Caracas

Gracias ACA!, gracias Argentina!

Jorge Salgado Uribe
UTaC Team.

 
 
 
(c) 1999-2010 UTaC Team. Ultima actualización de ésta hoja: 26/03/2010
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